jueves, 19 de abril de 2007

El Clasico: Argentina-Uruguay II

En su edicion digital La Nacion nos cuenta lo siguiente:


MADRID.- No hubo soluciones definitivas ni se las esperaba. Pero la primera reunión entre las delegaciones de los gobiernos de la Argentina y de Uruguay, realizada aquí para reanudar el diálogo por el conflicto ambiental de la papelera Botnia, comenzó con un auspicioso compromiso: los dos países y el delegado del rey, Juan Antonio Yáñez, se comprometieron a "tomarse todo el tiempo" para llegar a un acuerdo.

El optimismo en ambas delegaciones fue el dato más sorpresivo y significativo del encuentro en el Palacio de la Santa Cruz, de la cancillería española, a metros de la tradicional Plaza Mayor.

Pasada la medianoche, el canciller Jorge Taiana, con su habitual cautela y moderación, dio a entender que el clima de tirantez y recelo con Uruguay parecía ceder, al menos ayer.

"Este es el inicio del diálogo. Tuvimos una sensación positiva por este comienzo, que es un proceso que esperamos siga avanzando. Somos moderadamente optimistas", dijo Taiana en el lobby.

Al salir del palacio, una hora antes, el canciller de Uruguay, Reinaldo Gargano, fue inusualmente conciliador y positivo. "Vamos a trabajar el tiempo que sea necesario para conseguir un acuerdo", sorprendió. "Se habló de crear un ambiente propicio para el diálogo. La agenda está abierta", dijo, en coincidencia con todos los argentinos que subrayaron la imposición de "una agenda abierta".

Viniendo de Gargano, habitual crítico de la Argentina, la frase adquirió un peso doble.

Previo a la reunión, el canciller español, Miguel Angel Moratinos, había preparado el terreno. "No hay que esperar grandes noticias, es muy prematuro y arriesgado pensar en decisiones definitivas, pero es un primer paso importante para luego, en el futuro, poder negociar un acuerdo concreto", dijo.

"España acompañará ese diálogo para que los buenos oficios de su majestad puedan dar resultado", agregó Moratinos.

En buen romance, todos dijeron lo mismo. No se agotará en Madrid la ronda de conversaciones. Luego vendrán las negociaciones y serán también en el Río de la Plata. Es lo que quiere el rey Juan Carlos.

Funcionarios de Taiana subrayaron un punto de inflexión: el gobierno de Néstor Kirchner pidió infinidad de veces un diálogo con Uruguay, pero la ronda que comenzó ayer es la primera aceptación que se conoce de Montevideo.

Taiana especificó que la Argentina no planteó ayer la relocalización de Botnia. "No entramos hoy en lo sustantivo y en el detalle, pero vinimos con esa posición. La Argentina tiene la mejor predisposición", dijo el canciller.

Señaló también que hoy, a las 9, comenzará la reunión de trabajo, la más difícil quizá, donde sí se abordarán los aspectos conflictivos: la relocalización y la violación del Estatuto del Río Uruguay, que invoca Buenos Aires, y los cortes de ruta y el monitoreo conjunto, que reclama Uruguay.

Pero la gran diferencia es que ahora, según se comprometieron ayer Taiana, Gargano y Moratinos, existe un compromiso de conversar hasta que se llegue a un acuerdo. No es poca cosa.

Se estima en el Gobierno y entre fuentes uruguayas que irán buscándose puntos de negociación hasta llegar a una fórmula que garantice la mínima contaminación posible del río Uruguay. En medio de la negociación, que será larga, Botnia comenzará a producir pasta de celulosa. Esto será en septiembre, y allí se sabrá si contamina en un nivel mínimo o en una proporción intolerable. De acuerdo con ello, las protestas de los asambleístas de Gualeguaychú y del Gobierno perderán o ganarán legitimidad en su reclamo.

De no haber acuerdo, el tema se dilatará hasta el fallo de la Corte Internacional de La Haya, a fines de 2008.

Del encuentro bilateral, muy ceremonioso, también participaron el jefe del Gabinete, Alberto Fernández, y su par uruguayo, Gonzalo Fernández. Luego, hubo una comida que ofreció Yáñez, en la que se sumaron los embajadores y las secretarias de Medio Ambiente, Romina Picolotti, por la Argentina, y Alicia Torres, por Uruguay; la secretaria legal de la Cancillería, Susana Ruiz Cerutti, y los jefes de gabinete de las cancillerías, José Luis Cancella y Alberto D Aloto.

También Yáñez hizo gala de hermetismo y cuando habló sólo dijo palabras de ocasión. En el hotel Monte Real, donde también se aloja, dijo a LA NACION: "Hemos empezado con mucho ánimo, no puedo decir más".

Apenas terminó el encuentro, el jefe del Gabinete, Alberto Fernández, dijo que no tenía "nada que decir".

Fuentes de alto nivel de la delegación aseguraron que quedó "un moderado optimismo. Una fuerte vocación de llegar a un acuerdo".

Subrayaron que Gargano se ofuscó hasta la furia cuando leyó que Botnia había dicho que Uruguay nunca le pidió paralizar las obras, en recientes declaraciones. "Es mentira, el presidente Vázquez le pidió en su momento a Botnia paralizar las obras por 90 días". Fue bien recibido por los argentinos.

Por Mariano Obarrio
Enviado especial

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